17.3.15

deseo

que vuelva a sonar,
la risa compartida,
despacio y fuertemente.
que se estremezcan nuestros huesos,
con cada suspiro al oído.
¡que se perpetúe la magia!
¡que llueva, que llueva!
que no deje de llover.
que se deslicen con ternura
una a una,
las nuevas palabras por tu espalda.
profunda y fácilmente.
que las viejas promesas,
lo apuesten todo al rojo y negro,
que resuenen los escalofríos,
hasta en el último rincón de nuestros cuerpos.
que todos los días sean buenos,
y dulces el resto de las noches.
que el presente no sea canción,
si no sinfonía.
fuerte y lentamente.
que valgan la pena los pasos,
que acompasados coreografíen,
todos los caminos,
más allá de Roma.
simple y llanamente.
que se asuste la pena
al oír nuestro encuentro.
que se ruborice la alegría,
ante nuestras miradas sentidas,
nuestras caricias vividas.
en cada entrada,
la última frontera,
la rima interna,
de las palabras prestadas,
si hace falta,
que la tierra sea plana.