ondas y frecuencias,
la materia siempre secundaria,
el negro de mis pupilas
reflectando el color de tus iris,
mi piel absorbiendo tus susurros silenciosos,
la madera, el aire, el agua, el vacío,
los mejores conductores.
tu voz ultravioleta,
tu piel ultrasónica,
reventando todas las gráficas estandarizadas.
monitorizar las variaciones es de cobardes,
yo imagino y deseo,
dejar que los grados aumenten,
que los hercios crezcan exponencialmente,
acelerar sin barreras,
sin método ni estudios,
todos los picos del deseo mutuo.
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