entre tu y yo,
la única distancia posible,
la profundidad en superficie.
casi sin tocarte,
como intuyendote,
las yemas de mis dedos
derritiéndose,
hasta acariciar tu alma.
fundirse en un suspiro,
tu piel contra la mía.
el vacío rebasado,
en cada abrazo.
cada centímetro de tu cuerpo,
amado por mis labios,
yerta la razón,
descubriendo tu locura.
entre todo y nada,
tu piel.
la fundición de almas metálicas,
la metálica fundición de nuestras almas.
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